La sonrisa etrusca

Título: La sonrisa etrusca
Autor: José Luis Sampedro
Editorial: Alfaguara
Num. páginas: 336

Sinopsis:

Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Una bellisísima novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del alma humana.

Opinión personal:

Primero tengo que decir que empecé a leer este libro porque había escuchado muchísimas buenas críticas y recomendaciones de él, y la verdad es que el principio me resultó algo decepcionante. Esperaba algo más y no fue hasta la mitad del libro más o menos cuando de verdad me empezó a enganchar y a gustar.

Este es el primer libro de este autor que leo y la verdad es que me ha sorprendido para bien, me ha gustado muchísimo su forma de escribir. Otra cosa que me ha gustado bastante ha sido el contexto de la historia, en plena época de postguerras, eso servía también para que tanto el autor como los personajes hablaran sobre política, más concretamente sobre la época histórica del fascismo y su resistencia en Italia.

Es una historia muy humana que transmite muy bien los sentimientos de los personajes. También tiene algunos momentos en los que me ha hecho reír. Lo que más me ha gustado ha sido la relación que tiene el protagonista con su nieto, eso ha sido precioso. Demostraba continuamente lo natural y relativamente fácil que es educar y enseñar a un niño pequeño cuando de verdad lo quieres, aunque en ocasiones dé muchas preocupaciones. También me ha parecido muy negativa la forma tan exigente, estricta y poco natural que tenían los propios padres de educar al niño.

Otra cosa que me ha gustado mucho ha sido el amor que surge en el protagonista, ya anciano, por una mujer, demostrando así que las personas mayores también pueden sentir la misma ilusión que las jóvenes.

En cuanto al final, ha sido muy emocionante, he estado a punto de llorar aunque no lo he hecho, me ha sorprendido mucho cómo ha acabado. En realidad, el título del libro, la sonrisa etrusca, era una metáfora porque, al final en la última página quien acaba sonriendo es el propio lector.