Autor: Stephen King
Editorial: Debolsillo
Num. páginas: 240
El mundo tenía dientes y podía morderte en cualquier momento. Trissha McFarland lo descubrió cuando tenía nueve años. A las diez de una mañana de principios de junio estaba sentada en el asiento trasero del Dodge Caravan de su madre, vestida con una sudadera azul de los Red Sox (la que llevaba 36 Gordon estampado en la espalda), y jugaba con su muñeca. A las diez y media se había perdido en el bosque. A las once intentaba contener su terror, no pensar: Esto va en serio, esto va muy en serio. Intentaba no pensar que, en ocasiones, cuando la gente se perdía en el bosque salía gravemente dañada. A veces incluso moría.
Opinión personal:
Ante todo tengo que decir que este libro tiene cosas buenas y cosas malas.Empezando por las buenas, es un libro original, sencillo y cortito que se lee en poco tiempo y está bien para pasar el rato. Ha tenido un final feliz, que por una parte eso es bueno aunque por otra parte no tanto, ya que era algo previsible.
Aunque sí es verdad que te metes en el papel de la niña protagonista y es algo agobiante pero cansa que sea todo el libro igual. También está bien el tema que se trata: los miedos irracionales.
En cuanto a las cosas malas, creo que Stephen King tiene demasiadas novelas bastante mediocres como para ser tan famoso y querido. Y esta es una de ellas. Es como si escribiese lo primero que se le pasa por la cabeza, y no es agradable. Actualmente, he leído cuatro novelas de King y solo una me ha gustado de verdad, y esta no es, obviamente.
Creo que poner como centro principal del argumento a una estrella del beisbol americano ha sido bastante cutre para una novela de terror. Y hablando de terror, la verdad es que me ha dado más risa que miedo, y eso que yo suelo asustarme mucho y facilmente con los libros y películas de este género.
Es aburrido, sin sentido, sin nada interesante que contar. No sé cómo se puede hacer un libro partiendo de un hecho tan absurdo que es el mismo que se mantiene durante todo el libro sin llegar a contar nada más.
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